Mar con tus barcos pesqueros,
rendiste a los raqueros.
Porque al mar un día se tiraron,
y a tierra firme nunca regresaron.
Un viento fuerte mar adentro les llevo,
y por causas naturales los motores les paro.
Una isla les pareció ver,
pero eran los peces que se escaparon con su red.
Los piratas rutaron y rutaron,
y una bala dispararon,
hasta que todos los peces mataron,
y esa noche por fin cenaron.
A una mariquita disparo,
porque en la nariz se le poso,
y así mismo el muy tonto se mato.